Estamos inmersos en una era en la cual lo digital está adquiriendo un gran protagonismo.
Las herramientas presentes en la Web 2.0 nos han convertido en no sólo consumidores de información sino que además construimos conocimiento que compartimos a través de la red.
En este marco de situación son muchas las voces que se alzan intentando pronosticar el futuro de los libros y otras tantas cuestionan su protagonismo en formato papel. Hasta existen quienes vaticinan la desaparición del texto en papel.
En tal sentido he encontrado la nota “El ser o no ser de los libros de texto en la era digital” publicada en Hoy tecnología.
En ella se hace referencia al estudio efectuado en la Universidad de Santiago de Compostela sobre “El libro de texto ante la incorporación de las TIC a la Enseñanza”, que indica que el libro en formato papel prevalecerá por varios años más como columna vertebral de la planificación docente. La mayoría de los profesores, según indica el estudio realizado, consideran que las tecnologías contribuyen al mejoramiento de la enseñanza pero esto no implica la desaparición del libro en el formato usual.
Es bastante interesante lo que se señala respecto del rol preponderante que se asigna a los contenidos vinculados a las nuevas tecnologías, dado que sin ellos éstas pasan a ser meros instrumentos que nada aportarán al ámbito educativo. La generación de material multimedia por parte de las editoriales puede conducir a nuevas propuestas de enseñanza con un buen sustento teórico.
El objetivo es «adaptar al aula las nuevas tecnologías y no al revés» concluye el informe. Reclama «un análisis riguroso del efecto de las tecnologías en el proceso educativo, de la atención, motivación, participación e interés del alumnado y de su repercusión en el rendimiento académico«.
Por otro lado, el diario Clarín ha publicado la nota “El libro en formato digital empieza a vender más que en papel” refiriéndose a que el último libro “El Símbolo Perdido” de Dan Brown se ha vendido más en formato digital en una de las más afamadas librerías on-line.
A pesar de ello, yo que soy seguidora de este autor prefiero aun la versión en papel. Tal como indica el cierre de la nota:
¿Será solo una excepción o el punto de partida de una
nueva forma de vender títulos editoriales?
El futuro ahora tiene la palabra.
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