Quiero comentarles el artículo «La formación de profesores: bases teóricas para el desarrollo de programas de formación inicial » publicado por José Manuel Esteve en Revista de Educación.
El artículo se inicia con una descripción de sensaciones encontradas que muchos profesores experimentan al enfrentar el aula a diario. Por una lado tenemos a quienes consideran esa experiencia única y la valoran en su máximo esplendor, y por otro están aquellos que la viven como una experiencia frustrante y que necesariamente deben transitar quizás por necesidad, quizás para no perder muchos años invertidos en la profesión. Con una investigación de treinta años el autor intenta explorar las fuentes de tensión a las que los profesores deben enfrentarse y que deben refuncionalizar para convertir a la docencia en una actividad vívida y apasionada.
Describe de manera bastante graciosa a mi entender la idealización presente respecto a la profesión docente y destaca las herramientas que en la actualidad proveen las publicaciones especializadas para optimizar la labor docente. Al respecto, señala con cierta razón que en muchos casos se prioriza lo que el profesor «es» y no lo que el profesor «hace» como parte del éxito o del fracaso escolar. Además, agrega que si un profesor novato no logra motivar a sus alumnos y no puede ganarse el respeto de ellos ya es señal de que no es un buen profesor. No obstante, a sabiendas de estos hechos, muchos programas de formación docente no atacan esta problemática de fondo. Las claves del proceso es reflexionar acerca de los que el profesor hace en el aula y modificar sus técnicas de actuación.
Es claro que la tarea no es nada sencilla, dado que los contextos de trabajo docente son por demás variados. Por ello, el autor destaca en primer lugar el entrenamiento en la formación docente acerca del análisis de los múltiples factores que se suceden e influyen en las situaciones de enseñanza. Identifica como tareas esenciales las siguientes:
- perfilar la propia identidad profesional;
- entender que la clase es un sistema de interacción y comunicación;
- organizar la clase para que trabaje con un orden aceptable; y
- adaptar los contenidos de enseñanza al nivel de conocimiento de los alumnos.
Un artículo interesante para repensar nuestro papel como docentes y como formadores de ellos.