Leonhard Euler nació en Basilea (Suiza) el 15 de abril de 1707 y murió en San Petersburgo (Rusia) el 18 de septiembre de 1783. Su padre Paul estudió teología en la Universidad de Basilea, donde también asistió a las clases de matemática de Jakob Bernoulli. Después de graduarse, se convirtió en un pastor protestante y se casó con la hija de un ministro, Margarete Bruckner. Leonhard fue el primero de seis hijos. La familia era muy pobre y, poco después del nacimiento de Euler, se mudó a un pueblo a las afueras de Basilea donde vivieron en una casa de dos habitaciones. Euler recibió su primera instrucción matemática en el hogar paterno. Más tarde se trasladó a Basilea para asistir a la escuela secundaria, pero allí no se enseñaba matemática, así que tomó algunas clases particulares impartidas por un estudiante universitario.
A los 13 años Euler entró en la Universidad de Basilea, que se había convertido en el centro matemático de Europa con Johann Bernoulli, el hermano menor y sucesor de Jakob. Bernoulli aconsejó a Euler que estudiara matemática por su cuenta y se puso a disposición de él los sábados por la tarde para ayudarlo con cualquier dificultad que se le presentara. Los estudios oficiales de Euler fueron sobre filosofía y derecho. Después de recibir su título de maestría en filosofía en 1723, siguió el deseo de su padre en el departamento de teología. Sin embargo, fue viéndose cada vez más atrapado por el hechizo de la matemática y se dio cuenta que tenía que abandonar la idea de convertirse en ministro.
Había pocas oportunidades para los matemáticos en Suiza, y en 1727 Euler dejó Basilea para trasladarse a San Petersburgo. Los hijos de Johann Bernoulli, Daniel y Nicolás, habían sido designados en la nueva Academia de Ciencias allí, y convencieron a las autoridades para que encontraran un lugar para Euler. Euler ya había mostrado ser toda una promesa con un par de artículos en Acta Eruditorum y una mención honorífica en el concurso de la Academia de París en 1727, pero en San Petersburgo superó todas las expectativas, produciendo un trabajo de alta calidad a una velocidad que asombró a los matemáticos desde entonces. Los primeros años en San Petersburgo con los Bernoulli deben haber sido el sueño de cualquier joven matemático. Sin embargo, es igualmente cierto que la productividad de Euler no se vio afectada por contratiempos posteriores que surgieron en su vida, incluyendo la pérdida de la vista. Euler llenó la mitad de las páginas publicadas por la Academia de San Petersburgo desde 1729 hasta más de 50 años después de su muerte (!), y también representó la mitad de la producción de la Academia de Berlín entre 1746 y 1771.
Los primeros cambios importantes en la vida de Euler en San Petersburgo se produjeron en 1733, cuando Daniel Bernoulli regresó a Basilea. Euler se convirtió entonces en profesor de matemática, pero también tuvo que hacerse cargo del Departamento de Geografía. En el mismo año, se casó con una compatriota, Katharina Gsell, hija de un artista que enseñaba en San Petersburgo. Tuvieron 13 hijos, 5 de los cuales llegaron a la madurez. Los trabajos de Euler en geografía incluyen la preparación de un mapa de Rusia, una tarea que forzó su vista y tal vez dio lugar a la fiebre que le destruyó la visión de su ojo derecho en 1738. La Figura abajo es un retrato de su lado bueno.

Leonhard Euler
En 1740 la situación política en San Petersburgo se había convertido en inestable y Euler se trasladó a Berlín, donde Federico el Grande había reorganizado la Academia de Berlín. Euler se convirtió en director de la sección de matemática y se instaló allí durante 25 años. Algunas de sus obras más famosas datan de este período, en particular la Introductio in analysin infinitorum (1748) y las Letters à une princesse d’Allemagne sur divers sujets de physique et de philosophie, uno de los clásicos de la ciencia popular.
Sin embargo, Euler no se sentía cómodo en Berlín. Había disputas sobre la dirección de la Academia y el cínico Federico tendía a mofarse de las pocas pretensiones de Euler. En 1762 Catalina la Grande llegó al trono de Rusia, y la Academia de San Petersburgo, con la que Euler había seguido manteniendo contacto, comenzó a atraerle nuevamente.

Leonhard Euler
En 1766 regresó a San Petersburgo con su familia (como un plus más: su hijo mayor obtuvo la cátedra de física allí). Poco después de su llegada Euler sufrió una enfermedad que destruyó la mayor parte de su visión restante, y en 1771 quedó completamente ciego. En todo caso, la ceguera hizo que la mente de Euler alcanzara una concentración más que asombrosa. Siempre había tenido una extraordinaria memoria -por ejemplo, sabía la Eneida de Virgilio de memoria- y con la ayuda de dos de sus hijos y otros colaboradores el flujo de publicaciones continuó a un ritmo más acelerado que nunca. Euler dictó su Algebra de 1770 a su ayudante, la que se convirtió en el libro de texto de matemática más exitoso después de los Elementos de Euclides.
Una de las cualidades más admirables de Euler fue la voluntad de explicar cómo hacía sus descubrimientos. Los matemáticos del siglo XVIII guardaban menos secretos que sus antecesores de los siglos XVI y XVII, pero Euler era único en cuanto a revelar sus conjeturas preliminares, experimentos y pruebas parciales. Algunas de las más interesantes de estas exposiciones se presentan en el libro Mathematics and Plausible Reasoning: Induction and analogy in mathematics de Pólya (1954). El capítulo 6 del libro, por ejemplo, incluye una traducción del libro de memorias en el que Euler anunció el teorema del número pentagonal. Es imposible resumir aquí todas las aportaciones de Euler a la matemática. El mejor resumen disponible está en el artículo de Yushkévich acerca de Euler en el Dictionary of Scientific Biography.
Dada la trascendencia de este gran matemático, muchos han sido los tributos dedicados a Euler a lo largo de la historia. Su cara puede verse impresa en sellos postales y valores monetarios.
Hasta el famoso buscador google ha homenajeado a Euler en el aniversario de su nacimiento con un doodle el 15 de abril de 2013
https://www.youtube.com/watch?v=Uxas01ptnlY
Fuente bibliográfica:
-
John Stillwell (2010) Mathematics and Its History. Third Edition. Springer.
Definitely believe that which you said. Your favorite reason seemed to be
on the net the easiest thing to be aware of.
I say to you, I certainly get irked while people consider
worries that they just do not know about. You managed to hit the nail upon the top and
defined out the whole thing without having side effect , people can take a signal.
Will probably be back to get more. Thanks